Proyecto Impulsa: gaseosa sin gas




Disculpen que hoy aborde un tema que no tiene las TICs como centro de interés, pero es que esta mañana me he levantado con dos curiosas coincidencias. Por un lado, la portada del diario regional extremeño HOY (ver la imagen al final del artículo), la cual en vez de hacerse eco de manera crítica y contrastada de la noticia de la partida presupuestaria para Educación en 2014, en vez de eso opta por enfocar del trasunto educativo -a los pies de una vistosa noticia deportiva- desde la óptica del abandono escolar.

A esto se suma el hecho de que al llegar a mi centro me encuentro en Jefatura a una nueva compañera. Al parecer, la Consejería de Educación ha contratado por tres meses a maestros de Primaria (uno por centro) para ayudar a los alumnos de Primer Ciclo de ESO a evitar el abandono y reforzar su nivel de competencia. Un reto titánico,... y un récord de efectividad profesional. En tres meses y una sola persona. Y sin formación previa en estos menesteres.

Al experimento en cuestión lo han denominado Proyecto IMPULSA (Instrucción Nº 36/2013 de la Secretaría General de Educación). Entre las funciones de estos maestros: impartir docencia directa al alumnado beneficiario del programa; participar en las reuniones de coordinación, con los tutores y profesorado del alumnado que participa en el programa en lo relativo a los contenidos y actividades que desarrolla con el alumnado; y participar en las reuniones de coordinación con las familias u otros agentes del contexto, promovidas por el centro. Participar va a participar; otra cosa es mejorar lo presente.

Lo inquietante es que el perplejo (aunque contento por trabajar) docente asignado para esta heroica misión apenas sabe qué debe hacer (a él o ella lo llamaron y se sumó, ¡cómo para ponerle pegas!), y estamos ya a 30 de septiembre. Supuestamente los centros ya han activado sus procesos de adaptación y muchos de ellos disponen de proyectos contra el absentismo y poseen programas de refuerzo adaptados a su contexto. Introducir un agente externo, ajeno a la vida y milagros del centro, es cuando menos un despropósito (ineficaz, por supuesto). La Jefatura se pregunta: ¿y qué hacemos con esta nueva adquisición? En ningún caso se avisó con antelación al equipo directivo de este programa auxiliar, y mucho menos de los plazos. Me veo a este atribulado maestro hacer de comparsa en determinadas clases, incapaz de desentrañar qué estaba pensando el técnico (disculpen el eufemismo, mejor decir político) al que se le ocurrió esta esperpéntica medida de refuerzo. Al tiempo.

Eso sí, ese mismo día en el diario regional brillaba el rutilante titular que da fundamento a la naturaleza de tan inútil despropósito. La corrección política mata dos pájaros de un tiro: da salario a un puñado de maestros durante un trimestre y de paso justifica políticas de refuerzo escolar y lucha contra el abandono. Ahí es nada. Nada, eso mismo.

Ya con el actual Programa de Apoyo Socioeducativo REMA se altera cualitativa y económicamente la naturaleza de su predecesor. Esencialmente porque ya no son docentes del centro los que participan del mismo, imposibilitando un seguimiento serio y coordinado de los alumnos. El plan REMA no asegura algo más que unas clases particulares ajenas al devenir educativo del alumnado. Y todo ello a un bajo coste por hora.


Comentarios

  1. Nada que añadir Ramón, porque ya lo has dicho todo y no puedo estar más de acuerdo contigo. Yo me pregunto ¿pero...a qué mente brillante se le ocurren estos programas, con estas características, duración y forma de implementarlo? En fin...

    ResponderEliminar
  2. Fe de confusiones:

    El comentario borrado lo borró la propia señora Royo. Disponible en este enlace https://plus.google.com/u/0/photos/108282736045074533179/albums/5929750929234170433/5929750927192878434?sqi=112819238914212926241&sqsi=7b89f010-84cc-429f-825b-4771563ab228&pid=5929750927192878434&oid=108282736045074533179

    Para que quede siempre claro cuál es el motivo de la polémica.

    Y entender, claro está, por qué la señora Royo se ve obligada (por ella misma) a borrar sus propios comentarios.

    Mis disculpas por la confusión, Ramón.

    L.

    ResponderEliminar
  3. Vaya cuando yo comenté ya no estaba, pero después de haberlo leído (gracias Luis López-Cano por citarlo en los comentarios) no me extraña que lo haya "auto-eliminado"... #vergüezaajena

    ResponderEliminar

Publicar un comentario